El dispositivo
analítico.
El dispositivo analítico es un artificio que posee reglas
y métodos propios. A través de la palabra se busca nombrar el sufrimiento o
articular un enigma, poniendo fin a ese sufrimiento “de más”. Al decir de
Freud: transformar la miseria neurótica en sufrimiento común. Se trata de
recuperar el valor de la palabra como herramienta que permita escribir otra
historia individual. El psicoanálisis no es una experiencia mística o
religiosa. Es un método que despliega una secuencia que comienza por la
transferencia, se articula con el síntoma y finaliza en el fantasma que lo
produce. J. A. Miller agrega, “en
un mundo donde cada uno puede sentir que es de aquí en más desechable, el encuentro
con el psicoanalista sigue siendo un claro en el bosque, un enclave íntimo,
podemos incluso decir un oasis espiritual. Alguien que lo recibe en tanto que
usted es un ser aparte, una excepción que vale por sí misma, no cualquiera, no
un número, no un ejemplar de su clase sectaria o de su clase social” (Columna
del Diario Le Point).
El análisis
intentará re-inventar un lugar en el mundo que nos desvíe de los caminos
recorridos, los mismos que en numerosas ocasiones nos han conducido a tropezar
con la misma piedra. Y si bien es
cierto que se suele explorar la vida mirando hacia atrás, la misma ha de ser
vivida mirando hacia adelante. Por lo tanto, si estás dispuesto a que gane el
quiero la guerra del puedo, intenta otra escucha, una que hacia allí te lleve.